Aumenta tu impacto político mediante la gestión estratégica de tu imagen
En el ámbito político, la gestión estratégica de la imagen va mucho más allá de elegir el vestuario para que el candidato o candidata luzca estéticamente bien. ¡Es un juego de estrategia mucho más profundo!
¿Cómo lograr que la personalidad política no solo se vea bien, sino que también refleje autenticidad y coherencia entre sus palabras, acciones y propuestas? Ese es el desafío.
En este artículo te comparto los puntos fundamentales de la auditoría de imagen política que aplico con mis clientes, que sirve como punto de partida indispensable para crear una estrategia de imagen política efectiva.
¿Por qué gestionamos la imagen política?
En la actualidad, en un mundo saturado de información, la imagen política es una herramienta esencial para transmitir el mensaje adecuado de cualquier figura pública.
La credibilidad, un elemento crucial en el ámbito político, se basa en los hechos y en cómo se comunican los mismos.
Por eso, la gestión honesta de la imagen política resulta fundamental para lograr impactos comunicativos significativos en términos de posicionamiento y construcción de la reputación del candidato o candidata.
Y para que la estrategia en imagen política sea exitosa, necesitamos llevar a cabo un diagnóstico exhaustivo que incluye los aspectos que describo a continuación y que conforman lo que se denomina auditoría de imagen política.
Atributos que distinguen a la marca política
Para que nos elijan, necesitamos destacarnos del resto de alguna forma. Esa es la realidad que enfrenta cualquier candidato o candidata, hoy y siempre.
Una auditoría de imagen consiste en un análisis profundo de los diversos lenguajes desde donde la figura pública se proyecta y, por ende, comunica determinados mensajes. Además, en esta auditoría realizo una lectura completa de los atributos diferenciadores de la marca política.
¿Por qué? Porque cada figura pública se convierte en una marca en sí misma, por lo que identificar y analizar lo que la hace única y memorable es esencial. Datos extraídos de diversas fuentes como entrevistas, apariciones públicas y documentos, revelarán los elementos que definen su identidad política.
Una vez que tengamos esos elementos identificados, podremos poner en marcha la asesoría en imagen política propiamente dicha, con el plan estratégico para potenciar las fortalezas y gestionar las debilidades.
Veamos, entonces, los tres lenguajes desde los cuales la figura política se proyecta al electorado.
Discurso, vestimenta y gestualidad como tríada comunicativa
El dominio de los tres lenguajes de la tríada comunicativa, discurso, vestimenta y gestualidad, se convierte en la esencia misma del arte de conectar con el público.
1. Discurso que seduce
El discurso político, con sus palabras cuidadosamente seleccionadas, se alza como la piedra angular de la comunicación política.
Desglosar cada frase, entender el tono empleado y percibir los énfasis estratégicos permite comprender la proyección de liderazgo de la figura política.
Un discurso apasionado puede inspirar a las multitudes, mientras que la claridad (mensajes clave bien definidos), la simpleza (sin tecnicismos) y la emocionalidad (experiencias personales, pasión y convicción) son esenciales para transmitir mensajes impactantes que efectivamente lleguen a quien escucha del otro lado.
Kamala Harris, vicepresidenta de los Estados Unidos, es un ejemplo de figura política que destaca por su habilidad para articular discursos que abordan temas cruciales como la diversidad y la igualdad. Su asesora en imagen ha declarado que trabaja incansablemente para asegurar que cada palabra refleje autenticidad y se alinee con los valores que Kamala representa.
2. Apariencia que habla
La vestimenta comunica poderosamente porque es la expresión visible de la identidad y mensaje de la figura política. Cada elección de indumentaria es un componente clave de la estrategia de imagen.
¿Formal o informal? ¿Tradicional o moderno? ¿Masculinizada o femenina? ¿Cercana o Fuerte? Estas decisiones reflejan cómo deseamos trabajar la autenticidad y la conexión del líder político con su electorado.
Lo que buscamos no es que se hable de su ropa, sino que esa ropa soporte estratégicamente el mensaje que queremos transmitir. Por ejemplo: sería una gran incoherencia querer proyectar empatía vistiendo siempre trajes de color negro.
Ejemplo de este punto es el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien ha utilizado su vestimenta de manera estratégica para proyectar modernidad y progresismo, conectando con la diversidad de la sociedad canadiense. Su sello distintivo está en las medias, herramienta visual que sustenta sus ideas.
3. Gestualidad que transparenta
Siempre, pero siempre, los gestos hablan más que las palabras. Estos movimientos sutiles pero poderosos tienen la capacidad de reforzar el discurso político y moldear la percepción pública.
Ya sea un firme apretón de manos o un saludo a la multitud, la gestualidad es una herramienta esencial para los políticos que buscan proyectar transparencia a través de su imagen.
Uno de los gestos más utilizados , y analizados mundialmente, es el apretón de manos. Un apretón firme y un contacto visual directo pueden transmitir fuerza, confianza y fiabilidad.
Pero no sólo los apretones de manos refuerzan el discurso político. El lenguaje corporal y las expresiones faciales también entran en juego. Un paso seguro, un gesto de asentimiento o una ceja levantada pueden añadir profundidad y significado a las palabras del candidato o candidata. Estos gestos pueden ayudar a crear una conexión emocional con la audiencia, haciéndola más proclive a confiar y brindar apoyo.
¿Por qué una asesoría en imagen política?
En política, la mayoría piensa con los ojos. Y es que la política, en sentido amplio, no escapa a la impronta visual que este siglo XXI despliega en todos los órdenes de nuestra vida.
Mucho antes de escuchar lo que la mujer o el hombre político pronuncia, nos encontramos frente a su imagen.
La mediatización y espectacularización de la política, junto al auge imparable de las redes sociales, han situado a la imagen en un lugar central, replanteando las reglas del juego para todos los actores involucrados.
En síntesis, en un mundo donde la percepción es la realidad, la imagen política estratégicamente gestionada es uno de los mayores desafíos al que se enfrenta hoy una marca política.
Si querés conocer cómo abordo la asesoría para personas políticas, te invito a enviarme un e-mail o reservar una videollamada de claridad sin costo para que conversemos.
¡Hasta la próxima!
María