5 aspectos para cultivar en imagen personal en 2022 - MARÍA SOTO

5 aspectos para cultivar en imagen personal en 2022

En un artículo anterior hablamos de lo que ya no va más en imagen personal, lo que quedó obsoleto para la sociedad de hoy. 

Esta vez nos vamos a centrar en lo que sí queremos cultivar para la gestión de la imagen personal para 2022 y ¡en adelante! porque saber lo que no queremos es importante, pero saber lo que sí, aún más. De ese modo podemos cultivarlo y aplicarlo en nuestro trabajo como asesoras, y en nuestra propia vida. 

El método restrictivo en imagen personal, ya no va más

Esto ya lo hablamos, pero nunca está de más recordarlo, porque es, esencialmente, el gran cambio que proponen las tendencias (y al cual la Escuela Boutique de Imagen de María Soto adhiere en un 100%): queremos dejar de lado los métodos de asesoría en imagen que se rigen por estereotipos únicos y restrictivos de la diversidad de los seres humanos.

Por el contrario, queremos trabajar en reforzar, destacar y difundir los siguientes aspectos:

Trabajar con la imagen personal conservando y potenciando la autenticidad

La imagen, en todas sus formas (personal, profesional, política…), tiene que lucirse en tanto y en cuanto se conserve la verdadera autenticidad de cada persona. Socialmente (e históricamente) a las mujeres se nos ha empujado a sostener un determinado tipo de belleza, ¡como si no existieran otros! Un claro ejemplo de esto es la instancia de la adolescencia, en la que todas corremos a comprarnos exactamente lo mismo, lo que hoy se traduce en: crop tops, faldas ajustadas, pantalones tipo palazzo de jean, bikinis extracavadas… Todas las adolescentes de un estrato y contexto social similar llevan prendas del mismo estilo, y eso es porque, de alguna u otra forma, lo que prima es la identificación con un grupo social y no con la autenticidad. Esto es muy válido, especialmente en esta instancia de la vida en la que estamos recién descubriéndonos. Pero, sin darnos cuenta, llegamos a sostenerlo hasta muchísimo tiempo después en nuestra edad adulta, y así es como, de un día para el otro, no reconocés la imagen que ves en el espejo. Hay una desconexión enorme entre lo que ves y lo que sos. 

Por eso, para mí, este año es el momento de empezar a insistir en crear una imagen personal que se adapte a lo que cada una es, en vez de a lo que la sociedad, la moda y las tendencias quieren que seamos. Indefectiblemente, si comenzamos a mostrarnos tal cual somos desde la imagen, estamos creando diversidad, y donde hay diversidad, puede existir la libertad. 

Sin embargo, para conseguir esto, primero necesitamos, individual y colectivamente, trabajar aceptación y autoaprobación, porque es imposible construir desde la autenticidad si buscamos permanentemente parecernos a alguien más. Se trata de cambiar el foco en el afuera y volcarlo sobre nuestro propio valor personal.

Promover la autoexpresión estética liberada de estereotipos de belleza

En la misma línea del punto anterior, en 2022 tenemos que buscar más libertad para la autoexpresión estética.

Queremos poder gestionar la imagen sin prohibiciones o mandatos impuestos de forma externa a través de estereotipos de belleza y de éxito profesional que no contemplan la diversidad intrínseca de nuestra especie humana.

En un mundo de más de 7.000 millones de personas, los estilos 100% rígidos ya no se pueden sostener, porque cada uno de nosotros tiene un sello propio interno, y tenemos que gozar de la libertad de poder trasladarlo a nuestra imagen sin culpa ni castigo.

Elegir un consumo sustentable sobre cómo y con qué vestirnos

Cuando hablo de consumo más sustentable, esta vez me refiero a la información y los estímulos que consumimos sobre cómo deberíamos vernos. El ejemplo más claro de esto son las redes sociales: pasamos horas y horas viendo cómo otros se muestran en el mundo virtualy, sin darnos cuenta, estamos dejando entrar a nuestra mente patrones y referencias que nos limitan a la hora de vestirnos y mostrarnos. 

En este sentido, sería interesante repensar cómo utilizarlas y consumirlas. Si aplicamos un filtro más consciente de lo que consumimos, podemos elegir con qué queremos nutrir nuestra mente acerca de, en este caso, moda, tendencias y vestuario, de forma tal que seleccionemos aquellos estímulos que sean positivos y liberadores, y no restrictivos y deprimentes. 

Poner en práctica la empatía

Indudablemente, si queremos más libertad para nuestra autoexpresión, necesitamos asegurarnos de crear un entorno que provea lo mismo para los demás. Esto sucede a través de la empatía, de la capacidad de ponernos en el lugar del otro para evitar caer en juicios rápidos y simplistas sobre los cuerpos, estilos y elecciones que hacen los demás en relación a su imagen. 

Ser responsables de nuestra imagen en tiempo presente

Si queremos provocar y aplicar esta nueva perspectiva de ver y gestionar la imagen (tanto propia como de otros), necesitamos anclar nuestra imagen en el presente y hacernos cargo de lo que somos hoy y lo que queremos transmitir a los demás. Esto implica 2 detalles fundamentales: sentirnos protagonistas y actores principales del mensaje que queremos dar y repensar en las distintas etapas de nuestra vida para que nuestra imagen esté alineada a la Presencia Consciente de cada momento vital.

Como asesora de imagen y formadora hace más de 7 años, deseo que en 2022 nos aboquemos a trabajar la imagen para que tenga un impacto positivo y transformador en las personas, tanto de quienes la habitan como de quienes la perciben.

Si te interesa esta forma de ver y trabajar la imagen, te invito a revisar mi Certificación Profesional en Asesoria de Imagen, donde vas a aprender a gestionar tu propia imagen y también la de terceros desde la Presencia Consciente. 

Un fuerte abrazo, ¡y hasta la próxima!

María