
¿Por qué un blazer proyecta autoridad?
Aunque no siempre seamos conscientes, nuestro cerebro interpreta señales visuales constantemente. Y cuando se trata de la imagen personal, esa lectura es inmediata, muchas veces inconsciente… pero poderosa. Lo que vestimos no solo nos cubre, también comunica.
Una de las razones más fascinantes de por qué ciertas prendas nos hacen ver más líderes, más confiables o más influyentes, tiene nombre y respaldo científico, se llama cognición atávica.
¿Qué es la cognición atávica y qué tiene que ver con tu ropa?
La cognición atávica es un mecanismo ancestral que nos permite responder a estímulos visuales heredados de generaciones pasadas.
Son asociaciones que no aprendimos, sino que traemos incorporadas. Respuestas automáticas que alguna vez nos ayudaron a sobrevivir.
Por ejemplo, frente a una figura con hombros rectos, postura erguida y silueta angular, nuestro instinto tiende a percibirla como fuerte y dominante.
Si a eso le sumamos una simetría corporal o facial aparece otro rasgo clave en el liderazgo que es la confianza.
No es casual que las prendas que estructuran la figura como un blazer con hombreras marcadas, una chaqueta sastre o una prenda con líneas rectas, sean tan eficaces para proyectar autoridad.
Están dialogando con esos atajos mentales profundamente grabados en nuestra biología.

El poder simbólico de las formas
El estilo personal está lejos de solo seguir tendencias, porque se encuentra profundamente atravesado por símbolos. Y muchas veces, esos símbolos tienen raíces evolutivas.
Las formas angulares dadas por líneas rectas y cortes estructurados se vinculan con lo racional, lo firme, lo decidido.
Las formas curvas de los tejidos suaves y las prendas fluidas se asocian con lo emocional, lo acogedor, lo receptivo.
Ninguna de estas opciones es mejor que la otra. Pero entender qué comunica cada una nos da la posibilidad de elegir conscientemente cómo queremos ser percibidos o percibidas cuando las vestimos.

Vestir liderazgo sin decir una palabra
Cuando una persona se pone un saco estructurado, no solo suma una prenda sino que está invocando una narrativa visual.
Está generando un efecto inmediato en quienes la observan, aún antes de que empiece a hablar.
Esto no significa que todas debamos vestir igual ni replicar códigos sin sentido.
Significa que cuanto más comprendemos los mecanismos visuales que operan en el otro, más estratégicamente podemos usar nuestra imagen para transmitir lo que deseamos.

La percepción desde la presencia consciente©
Desde el enfoque de la Psicología de la Imagen y mi método de Presencia Consciente© sostengo que el estilo no es solo un gusto estético.
Es una herramienta de comunicación, de identidad y, en muchos casos, de poder simbólico.
Saber cómo impactan las prendas, las formas y los colores en quien nos ve (y también en cómo nos sentimos al vestirlas) nos da más libertad para movernos con seguridad en distintos contextos. Y no desde la máscara o la impostura ficticia, sino desde la estrategia coherente.
¿Qué podría cambiar en tu día a día si tu imagen empezara a trabajar a tu favor?
Si sentís que es momento de alinear lo que proyectás con lo que sos, te invito a agendar una videollamada de claridad conmigo. En 20 minutos me contás tu situación, y yo te cuento cómo puedo ayudarte.
María