
¿Qué hace realmente una asesora de imagen?
¿Qué hace realmente una asesora de imagen? ¿Por qué es una profesión del presente y del futuro?
Vivimos en un tiempo donde las personas quieren, y necesitan, mostrar quiénes son de manera auténtica. La imagen ya no se trata solo de estética. Se trata de identidad, de presencia, de elegir cómo nos mostramos al mundo cuando el mundo nos mira todo el tiempo.
Cada vez más mujeres buscan sentirse cómodas consigo mismas, mostrarse tal cual son, dejar de disfrazarse para encajar, y empezar a usar su imagen como una aliada.
Y en ese camino, la figura de una asesora de imagen se vuelve clave. Pero no cualquier asesora: una que se forme con conciencia, con mirada estratégica, con sensibilidad, y con una comprensión profunda de que la ropa puede ser mucho más que ropa.
Mucho más que ropa
La asesoría en imagen no se trata de imponer reglas estéticas ni de repetir fórmulas. Se trata de mirar a la persona en su totalidad: su historia, su contexto, sus objetivos, sus emociones. De leer entre líneas lo que muchas veces no se dice, pero se quiere transmitir.
Una buena asesora de imagen no se limita a lo que se ve. Observa, escucha y traduce necesidades personales, profesionales o emocionales en una presencia alineada con quién se es y hacia dónde se quiere ir.
Trabaja con el vestuario, sí, pero también con:
El lenguaje corporal.
Los colores que mejor expresan a cada persona.
Los objetivos comunicacionales de cada cliente.
Y, sobre todo, con el modo en que una persona quiere habitar el mundo a través de su presencia.
Es un proceso que combina sensibilidad estética, criterio comunicacional y una gran capacidad de empatía. Porque cuando una persona se ve como se siente (y se siente como se quiere ver), algo muy profundo se alinea. Y esa transformación va mucho más allá del espejo.

¿Por qué es una profesión del presente?
Porque vivimos en una era de exposición constante. Redes sociales, entrevistas laborales virtuales, reuniones por Zoom, contenidos personales o profesionales: todo lo que mostramos comunica.
Hoy más que nunca, las personas se preguntan ¿qué dice mi imagen de mí? Y esto no es casualidad.
Un estudio de LinkedIn reveló que el 70% de los empleadores decide si continuar con una entrevista en los primeros 90 segundos, puesto que la primera impresión está compuesta en un 55% por la apariencia visual, el lenguaje corporal y los gestos de la persona.
Además, según el informe The State of Fashion 2023 elaborado por McKinsey & Company, las nuevas generaciones, especialmente millennials y centennials, priorizan marcas y servicios que les permitan expresarse de forma auténtica. Es decir, no buscan ajustarse a moldes, sino comunicar quiénes son.
Eso mismo buscan también en su vida personal y profesional, es decir, mostrarse genuinas, coherentes, y proyectar seguridad desde su imagen.
Cada vez más las personas, como emprendedoras, profesionales, figuras públicas o simplemente quienes atraviesan una nueva etapa, que necesitan ayuda para que esa imagen refleje sus fortalezas.
Y ahí entra en juego el rol de una asesora bien formada, empática y estratégica: alguien que pueda acompañar ese proceso con herramientas concretas, sensibilidad y criterio.
¿Y por qué también es del futuro?
Porque es una profesión que se puede personalizar, escalar, combinar con otras pasiones y proyectar al ritmo de cada una.
Podés ofrecer asesorías individuales, crear tu marca personal, integrarlo con maquillaje, coaching, diseño de indumentaria, venta de ropa; brindar talleres, trabajar con marcas, formar a otras personas…
La versatilidad es enorme. Y lo mejor es que nunca deja de necesitar mirada humana.
Además, como sostiene Susana Saulquin, una de las sociólogas de la moda más importantes de nuestro país, vivimos en la era de la búsqueda de la expresión individual de lo que nos hace únicos.
Y si la moda es un lenguaje, aprender a acompañar a otras personas a encontrar su forma de decirse en el mundo es una tarea profundamente contemporánea.
Si esto resuena con vos…
Tal vez todavía no sabés si querés ser asesora de imagen.
Tal vez solo sentís que hay algo en vos que quiere expresarse mejor, o que te gustaría ayudar a otras personas a descubrir lo que tantas veces nos cuesta ver solas: nuestra potencia.
A mí me pasó así. Empecé buscando sentirme más segura. Después descubrí que la imagen no era solo una cuestión de qué me pongo, sino una herramienta poderosa para habitar el mundo con más conciencia, más presencia y más libertad.
Por eso creé esta Escuela Boutique: para que otras mujeres puedan hacer su propio camino, con su estilo, su mirada y su voz. Para que trabajen en su imagen, sí, pero también para que descubran que pueden acompañar a otras, profesionalmente, desde un lugar humano y transformador.
Si sentís que esta puede ser tu puerta de entrada, te invito a conocer más sobre la Certificación en Asesoría de Imagen.
Estoy para acompañarte.
¡Hasta la próxima!
María
Escuela